Las catástrofes colectivas generan manifestaciones de solidaridad que son la suma de las bondades individuales de todas las personas que componen nuestra sociedad, siendo el principal valor de la misma.
Los incendios que recientemente hemos sufrido en toda Navarra y, en particular en esta Zona Media, nos ha puesto de nuevo a prueba, y como ya lo hicimos anteriormente, ha sacado lo mejor de todos nosotros y nosotras.
Son tantos los profesionales, colectivos y personas que a título individual han colaborado en reducir y minimizar los daños producidos por el fuego, que corro el riesgo de olvidarme de alguien, a quien adelanto, “PIDO PERDÓN” si no se siente reconocido por mis palabras.
A todos y cada uno de los Bomberos desplegados en nuestro territorio y a los que vinisteis de fuera, gracias porque aun a riesgo de vuestra integridad física e incluso de vuestra vida, afrontasteis sin reserva y sin descanso un combate en ocasiones imposible de superar.
A Cruz Roja, Pedro, Carlos, Manuel y tantos y tantos voluntarios y voluntarias, gracias por vuestro apoyo incondicional, vuestro desvelo y acompañamiento, y sobre todo gracias, por vuestra sonrisa y abrazo. ¡Cuánto consigue una palabra amable, una mirada comprensiva, una simple caricia cuando crees que lo has perdido todo!
Al chef internacional Jose Andrés, gracias por tu generosidad, y por mostrarnos que la grandeza no se encuentra en la fama, sino en la humildad de ofrecerse a los demás de forma desinteresada y sin alarde alguno, sin buscar un titular en los medios de comunicación o una noticia de gran repercusión y audiencia. ¡Los grandes de espíritu no lo necesitan!
A los supermercados de Tafalla BM y Eroski, a Berlys y la Tahona, gracias por abastecernos tanto y en todo momento, sin queja ni reproche alguno. Todo lo contrario.
A los miembros y fuerzas de seguridad de Navarra y, especialmente a nuestra Policía Municipal, con Alfredo Ondarra al frente, por vuestra firme seguridad para reconducir el caos que supone enfrentarse a situaciones tan excepcionales como estas.
A nuestros agricultores, gracias porque vuestra disponibilidad e incansable trabajo ha permitido poner límites al voraz fuego empeñado en destruir viviendas, montes y cosechas. Vuestro conocimiento de la tierra ha sido, sin duda, un elemento esencial para contener el fuego y reducir sus estragos.
A tantas y tantas personas que os ofrecisteis de forma desinteresada a colaborar y acoger a los vecinos y vecinas de San Martín de Unx, obligados a abandonar abruptamente sus casas, privados de todas sus pertenencias; a todas vosotras y vosotros que atendisteis todos los llamamientos que se hicieron para atender sus necesidades más básicas.
Finalmente, a las y los vecinos de San Martín de Unx, gracias por mostrarnos cómo un pueblo, con coraje, entereza, y serenidad puede afrontar tantas horas de angustiosa espera, reservando fuerzas para afrontar una vuelta a casa incierta, sin garantías y sin plazo alguno. Desde aquí os enviamos de nuevo nuestro abrazo y cariño.
Como Alcalde de Tafalla, me siento muy orgulloso de los tafalleses y tafallesas, por su capacidad de acogida y generosidad ante la situación tan difícil y angustiosa por la que han pasado nuestros vecinos y vecinas de San Martín de Unx, privados de su tranquilidad, desalojados de sus casas y con el miedo de perderlo todo.
Y me siento orgulloso también por la respuesta de la corporación que presido, porque todas y cada una de las personas que la componemos, al margen de las discrepancias que podamos tener a nivel ideológico, somos capaces de aparcar nuestras diferencias y aunar esfuerzos, trabajando en común, codo a codo, para ofrecer lo mejor de nosotros mismos, como personas y como autoridades, para poder aliviar la angustia y preocupación de las personas que han acudido a nosotros ante los recientes incendios que han devastado nuestro entorno.
Finalmente, me gustaría recordar a Rigoberta Menchú, premio Nobel de La Paz, que dijo “Desearía que se desarrollara en todos los pueblos un consciente sentido de paz y el sentimiento de solidaridad humana, que puedan abrir nuevas relaciones de respeto e igualdad para el próximo milenio, que deberá ser de fraternidad y no de conflictos cruentos”.
Sin duda, acciones de generosidad como las que hemos vivido, son un claro paso en la construcción de ese deseo.
Con toda humildad, GRACIAS–ESKERRIK ASKO
Jesús Arrizubieta Astiz, alcalde de Tafalla